¡Hasta luego, Green Girl!

Llegó a Copenhague atraída por la idea de salir de España, hacer algo diferente y currar.
No vino sola, su prima ya estaba aquí desde hacía algún tiempo
La forma de conocernos fue bastante peculiar, en una fiesta a base de charlar en la cocina... y poco más puedo decir.
Desde el principio quedó claro que es única en su especie, una cara bonita con un cerebro a mil revoluciones y una cadera nacida para el baile. Es la única persona que conozco que me ha reconocido haber ido a clases de baile... salsa o tango tiene gracia para todo lo que se proponga... En eso igual es más maña que catalana... vino a currar y acabó siendo la principal causa de la recesión danesa... destruyendo empleo, teniendo 3 trabajos a la vez y haciendo turnos de 76890 horas. No sé si nadará en la abundancia, ni lo sé ni me importa, lo que sí me importa es que, gracias a su embarazo danés (9 meses, cómo ha pasado el tiempo), no va a tener que elegir entre playa o montaña, entre salsa o tango, Cuba o Argentina; la mejor inversión ha sido apostar al verde, el color que no le ha fallado nunca.

Un billete de ida sin vuelta le espera en poco más de un mes; tras conocer el amodorramiento danés ahora se zambullirá en las pistas de La Habana y los garitos de Buenos Aires a disfrutar de personas de sangre un poco más caliente.
Sólo de leerlo se ponen los pelos de punta...
En fin, Green Girl, gracias por los buenos momentos que nos has hecho pasar; la invencible se queda conmigo.
Hasta luego, no sé dónde, pero nos veremos y podremos reírnos mucho de lo vivido en Copenhague y, a lo mejor, lo recordamos hasta con nostalgia.
Cuídate mucho.