¿Qué Copenhago aquí?... Ahora también panamaño

Aventuras y paranoias de un maño exiliado en la glacial Dinamarca y que ahora buscará fortuna a la orilla de los mares del sur

martes, 5 de agosto de 2008

Días de verano o el metro del terror

En primer lugar decir que el fin de semana pasado fue extraño, tranquilo, bueno.
Viernes: barbacoa y baño en Island Brygge... la cosa se prolongó hasta bastante tarde pero mereció la pena... acabamos morados de salchichas!
El sábado por la mañana tenía una visita express, Vicente y María José, mis tíos, estaban de crucero por el Báltico y salían desde aquí. Ahora estarán por Estocolmo o Letonia, espero que el tiempo les acompañe porque se han llevado todo el sol. Fue una visita muy corta pero lo suficiente para ponerme al día de lo que se cuece por Fuendejalón.
Tras dejarles en el barco rumbo a otras tierras María, Gemma, Israel (su página web no tiene desperdicio) y un servidor fuimos a ver la película de Expediente X, I want to believe, que, sorprendentemente, me gustó más de lo que pensaba... escuchar la famosa sintonía una vez más hizo que se me pusieran los pelos de punta. Pasada la película, un daikiri y a casita.
Lo curioso vino el domingo... Copenhague y Dinamarca, como dicen por ahí, un pueblo con aspiraciones, nos mostró, otra vez y van..., su lado más cool con una fiestecita organizada en un parque desde las 12 de la mañana... daneses vigoréxicos y danesas recauchutadas aspirantes a Paris Hilton tirados en el césped escuchando música chill out mientras hablan de todo un poco; ahí nos presentamos Ale y yo y un rato más tarde Gemma.
Cuando ya no daba más de sí para nosotros... nachos en el bankerat y sesión de pelis en casa de Ale... Bananas (hacía tiempo que no veía algo tan surrealista, para que digan de Buñuel) y Be kind, rewind, del para mi curioso pero desconcertante Michael Gondry, me gustó tanto como me decepcionó La science des rêves a pesar de contar con Gael.
Ahora la ciudad nos está pasando factura con lluvias torrenciales que apuntan a la prematura muerte del verano danés.
Todo esto hizo que ayer llegase 1 hora tarde al trabajo por quedarme atrapado en ese metro de Copenhague, tan cool como el país y donde sería imposible rodar una peli de terror debido a la tremenda iluminación de sus túneles, pero tan sieso y poco práctico como muchos de los camareros del país... 5 minutos para un café....
Durante mi claustrofóbica estancia en el metro muchos mensajes en danés, alguna risita, y una araña que tejía su tela y se acercaba peligrosamente al hombro de una pasajera pero la actitud mayoritaria fue... ninguna, eso, asunción de la situación con una naturalidad pasmosa... Asunción hasta que se abrieron las puertas del metro de en frente que parecía ir en el rumbo correcto... en ese momento estampida, todos a por el vagón, sin miramientos, compañeros de fatiga quedaban atrás. Mejor no mirar; un hasta la vista, compañeros, espero que finalmente alcanzaráis vuestro destino.
Posdata: el día se puso más interesante cuando, por fin, tuve en mis manos el visado para Rusia.
Ya no hay marcha atrás, Isa y los demás del B-5 me esperan en Moscú a finales de agosto!
Video: como no podía ser de otra manera... Green girl, te fuiste y te llevaste el sol!

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