¿Qué Copenhago aquí?... Ahora también panamaño

Aventuras y paranoias de un maño exiliado en la glacial Dinamarca y que ahora buscará fortuna a la orilla de los mares del sur

lunes, 9 de febrero de 2009

De pelis, teatros y demás...

Una de las primeras advertencias que me hicieron los "viejos" del lugar es que en Panamá la vida cultural es ínfima, casi inexistente, así que, según sus valiosos testimonios, si encuentro algo que me atraiga (culturalmente hablando, claro) tengo que aferrarme a ello como un bebé a su chupete, y exprimirlo hasta la saciedad.
Es por ello que, aprovechando también los precios del país, estoy yendo con bastante más frecuencia al cine de lo que lo hacía en Copenhague. La sensación de sentarte en la bucata, ver cómo se apagan las luces y comienza la magia es algo casi sagrado y reconfortante, me limito a asimilar imágenes y a disfrutar; esa sensación es irremplazable; el cine se hizo para disfrutar en una sala rodeado de extraños que comparten un gusto común y que tienen oscuridad como cómplice.
La única pega que tiene el país, bueno, pegas, en primer lugar la cartelera... cine estadounidense más bien comercial, poco o nada de independiente o europeo, que siempre se agradecería. No obstante, estando en la temporada pre-oscars este mal está algo mitigado; además siempre me quedará la Alianza Francesa, de cuyo programa me mantendrá al tanto mi compi de piso, que se ha apuntado y con la que ya vamos teniendo pequeñas conversaciones en gabacho :p El segundo mal es el aire acondicionado; nada que no solucione una manga larga, pensé al principio; es típico llevarse una chaqueta si quieres sobrevivir en un cine panameño. Sin embargo, y los que me conocéis lo sabéis, no soy nada friolero, tengo la suerte de tener una calefacción interna o algo así, debo reconocer que incluso con manga larga llego a pasar fresco; frío no, pero frequete sí. Así que aviso a navegantes, si vais al cine en panamá, chaquetita.
Siguiento por esta línea de culturización (jeje) fui también el otro día al teatro; hacía años que no iba; así como el cine me fascina el teatro nunca ha tenido ese magnetismo para esta persona. La obra fue curiosa, Nuestra Señora de las Nubes, y consiste básicamente en dos actores que cuentan diferentes historias de inmigración; me resultó muy curiosa, la verdad con dos pedazo de actores increíbles, pues apenas hay caracterización o efectos visuales... vamos son ellos dos que tienen el peso completo de la obra.
Pero como no sólo de cultura vive el hombre también aproveche hace poquito para ir a Contadora, una ilsa del pacífico panameño, pero eso lo guardo para más adelante :-)
Os dejo con el trailer de Revolutionary Road, la desconcertante película que vi ayer; con Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, dirigidos por el marido de la primera, Sam Mendes, el dire de la sobrevaloradísima para mí American Beauty (esta peli no obstante me reconcilió con el chaval jeje)

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