Autoinculpación
Una hora inusual para escribir el blog, pero así es la vida, las mejores ideas se me ocurren en estado de duermevela. Ahora son casi las 10 de la mañana hora española, pero en Panamá son seis horas menos, osea las cuatro menos veinte.
Llegué ya hace un rato de una fiesta en casa de un francés, como siempre, muy bien. La novedad ha sido conocer a María; había oído ya hablar de ella, probablemente imaginaba como era, etc, pero por fin le he puesto cara; una cara familiar, cómplice de las muchas torturas cequeras. María fue a Panamá el año pasado lo que yo fui a Copenhague. Hemos hablado un rato, no mucho, estas fiestas son así; pero me quedo con la frase que me ha soltado a bocajarro, una frase normal y corriente: "Y tú en Panamá, qué, bien, ¿no?
Le he contestado la verdad, que no puedo tener queja de Panamá, me está tratando más que bien, he conocido a gente maja e interesante, pero, ¿qué pensaría yo si hiciese esta pregunta a quien está ahora en Copenhague? Ninguna respuesta sería convincente para mí como probablemente lo ha sido la mía para ella... Copenhague fue, ahora visto a posteriori, lo que necesitaba, mi curación, mi santuario, el lugar donde el guerrero llega derrotado y sin fuerzas y del que sale con energía renovada; mucho me quejé en su momento, alguno lo sabe, ¿verdad, Ale? Pero al final no me pude llevar mejor sabor de boca, la vispera a mi partida, cuando cerraba las maletas, las lágrimas que consideraba absurdas cobraban todo el sentido del mundo.
A qué viene esto, os preguntaréis muchos, pues sencillamente a que las cosas son como son y vienen como vienen, puedes pensar en lo bueno que fue el pasado y lo incierto que se presenta el futuro, pero nunca olvides que, por medio, está el presente, que es tan o más interesante; hace tiempo que tengo la convicción de aplicarme el cuento, pese al pasado, a la crisis en España y a todo; unos días me echo a la cama con la sonrisa del que ha hecho bien la tarea y otros apesadumbrado por no haber sido todo lo responsable que debería haber sido con este destino que tengo; pero, sea como sea, la cándida pregunta que me ha hecho María, como inspiradora de todo esto, me ha servido como toque de atención, recordatorio de quién soy y, sobretodo, de dónde estoy.
Así pues, sigamos disfrutando de Panamá, pues parece que, por fin, estoy en el buen camino. :-D
PD: Carpe diem!!
PD II: Gracias a copenhagos y panamaños que hacen de estos dos años una experiencia inolvidable.
VideoS... Planetas vs. Amaral... ¿quién no se ha sentido así alguna vez? Vds. escogen