¿Qué Copenhago aquí?... Ahora también panamaño

Aventuras y paranoias de un maño exiliado en la glacial Dinamarca y que ahora buscará fortuna a la orilla de los mares del sur

martes, 7 de febrero de 2012

Terremotos

Nunca imaginé que alguna vez en mi vida viviría un terremoto. Los que seguís a menudo el blog sabréis que a lo largo de mi estancia en Centroamérica tuve la oportunidad de vivir varios, muy pequeños, casi inapreciables, tanto que fue mi compañera Eva quien me lo decía mientras yo, escéptico una vez más, le decía que igual lo había soñado y no era sino otro delirio de su sonambulismo.

La verdad es que cuanto más pequeños sean más te pueden afectar, en la cama, descansando, notas un pequeño temblor que te sacude el alma y va recorriendo tu espalda; te erizas como un gato, aguantas atónito el escalofrio que escala por tu columna hasta que no puedes más, asombrado ante lo que ocurre a tu alrededor que sin embargo resiste inmóvil...¿Acaso soy sólo yo quien está viviendo este terremoto?

Definitvamente, aunque no caigan paredes, no muevan lámparas ni desplacen muebles, los terremotos inapreciables que hacen que reacciones muy primariamente están ahí, su constante tempo suave se te mete en la cabeza haciendo que ésta te vaya a mil pensando en cuándo va a terminar y qué va a ocurrir, su compás rítmico y preciso como un reloj puede llegar a sacar lo mejor y lo peor de uno mismo sumiendote en la tranquilidad o el caos una vez terminado.

domingo, 5 de febrero de 2012

Casualidades

Y de repente, cuando menos te lo esperas, ¡sorpresa! Así funcionan en muchas ocasiones las cosas, de manera aleatoria y caprichosa. ¿Cuántas veces has encontrado el calcetín, el guante o el jersey que buscabas ávidamente la semana pasada y por los que hubieses dado un riñón en aquél momento dado?

Los acontecimientos, buenos o malos, en ocasiones son así, casuales; no le des más vueltas porque la razón se puede quedar corta a la hora de entender el porqué de ciertas cosas. Si es algo bueno limítate a disfrutarlo, porque ya tendrás tiempo para lamentarte cuando vengan las vacas flacas. ¡Qué irónico que sea yo quien diga esto! Vivir para ver.

Una casualidad me ha traido a Madrid y otra hizo que me renovaran, a ver lo que nos viene encima :-D

miércoles, 1 de febrero de 2012

El Dragon Negro

Felices nos las prometíamos cuando esta semana empezaba una nueva etapa en la oficina. Han soplado vientos de cambio de dirección en nuestra nave y el cierzo ha barrido de un plumazo lo poco que podría haber conocido de un pasado de dudoso lustre.

Siempre se dice quien dijo que los cambios son siempre para bien debía ser muy ingenuo. Todo sea dicho, esto es hablar por no callar, todavía es pronto para hacer un pronóstico e intentar saber cómo evolucionará el paciente, no obstante sí es cierto que hay algunos síntomas que nos deberían hacer estar alerta, así que aunque sea de reojo, no dejamos el monitor de lado.

Ha habido cambio de año, ha empezado según dicen en los telediarios, el año del Dragón; además no es un dragón cualquiera, es el dragón negro algo que ocurre cada 60 años. Si bien el Año del Dragón se presenta cada doce años, solo cada cinco ciclos de años de dragón se presenta el del Dragón Negro, es decir, un ciclo de sesenta años. Se considera que el Año del Dragón Negro es un año de suerte y buena fortuna, pues el Dragón Negro asciende al Cielo al término de su vida.

Cualquiera que me conozca sabrá que difícilmente me resisto a un comentario irónico, por supuesto el tema del dragón me está dando mucho juego en todo momento.

El video, pues es de otro Dragon, pero este rojo, la genial El artista del alambre del Gato negro, dragon rojo de Amaral y parte del la BSO de Fuera de Carta :-D