En obras
Será que el día está gris, será que mi compañero de despacho está negativo (Xesús, está entrada va por tí), será que estoy acariciando el fin de la beca (4 meses quedan), será que en un par de días por fin tengo a Bea y a Miguel por aquí (no puedo esperar a mataros a besos y a abrazos) o será que el estropicio de mi casa ya no tiene vuelta atrás... la cosa es que a día de hoy si algo define mi situación es...
eso las obras.
No hace mucho tiempo, en una asamblea de vecinos en la idílica isla de Amager, una comunidad entera optó por cambiar las tuberías de todo un edificio, emprendiendo una aventura que no todos podrían soportar... la casualidad quiso que el único no danés del edificio se enterase del percal por casualidad...
¡Córcholis! -pensó el bárbaro inquilino, ¡Vaya una contradicción! esto es cuan menos... desconcertante.
Todavía en estado de estupefacción empezó a sopesar los pros y los contras... tendría un baño con unas tuberías impecables; pero ¡A qué precio! 3 semanas con molestias, ruido, caos, desorden e incertidumbre... "Debe ser lo más parecido al Big Bang que voy a vivir en mi vida" - continuó reflexionando el desdichado.
"Alea jacta est" - concluyó, tampoco puedo hacer ya nada, sólo tratar de buscar algo positivo en la situación y, como dicen los Monty Python... Always look at the bright side of life.
Así pues