Mortaaaaalities (léase con tono chanante)
La lista de famosetes es bien larga, ¿no? 
En primer lugar es obligatorio dirigirse la tumba del danés más 
universal por excelencia, ese famoso inquilino pesado para algunos, tal y como se reveló no hace mucho en los medios de todo el mundo. En todo caso su morro es casi tan grande como su leyenda, y es que Andersen ha marcado la vida de casi todos los que hemos tenido una infancia… quizá sus cuentos no son los más contados por las abuelas del mundo, cuando tenían la costumbre de hacerlo, ese título le corresponde a otro (no puedo evitar recordarme siendo un chiquitajo en la cama de mi abuela que, con paciencia infinita, se convertía cada noche en Sherezade al servicio del pequeño emperador.)
Tras éste, recordando las palabras de Paola, vislumbré una lechuza, sin duda, esa era la tumba de otro grande, Bohr. Pecando de ignorancia diré que no tengo nada claro qué hizo este hombre, pero soy demasiado de letras ( de esto ha versado la discusión diaria de la oficina, entre un Xesús trajeado y exultante y un Fer testarudo, como buen maño, y con una voluntad numantina a prueba de bombas XD)… mis compañeros de oficina, bastante más cultos que yo, sí saben de quien hablo.
El último, un filósofo, curioso que se apellide Cementerio…
Por el camino quedaron más famosetes, Rasmus Rask, como la calle de Xesús, además de pintores, artistas y demás.
Me sentí bastante raro haciendo fotos a tumbas, pero los daneses no se cortan en los cementerios, por hacer hacen hasta barbacoas, así que una foto de alguna tumba curiosa no puede resultar mucho más irreverente.
entrada de Fer @ 16:32
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Para llegar allí tuvimos que pasar una auténtica 
En esta aventura me embarqué con Bea y Miguel, por supuesto, pero también con Xesús, el afable informático neuras de la ofecomes... una foto de mis compañeros de viaje en una escalera que parece sacada de la imaginación de Tolkien... un laberinto de peldaños de madera que salvan el desnivel entre lo alto de los acantilados y la playa:
Y como cualquier momento es bueno para hacerse una fotillo, durante el descenso, cuando ya sentía el salitre del mar, una autofoto (que para estar hecha de esas maneras no está mal, el año que viene a 
La playa impresionante, la piedra calcárea se diluye en el agua del mar haciendo que en un primer momento tenga una tonalidad blanca para convertirse en cuestión de metros en un turquesa que recuerda a las playas de postales... una pena que sea una guarrada bañarse ahí, pero ganas no faltaban
Una vez en la playa dimos rienda suelta a nuestra gilipollez, de ahí que salieran las fotos más absurdas y surrealistas que, por supuesto, no pondré aquí... sólo fotos decentes, dados los modelos 
O no... Buena chica, beilla (sorry Bea, you know I love you)
Y así ya llegó la última noche y con ella la 
Muchas gracias a los dos por haber venido, las cosas no siempre son perfectas porque no podemos controlar todo, eso hace la vida más apasionante e inquitante a la vez... En general no creo que saliese mal la cosa y os lleváis un buen sabor de boca, que es lo que importa. Me ha gustado mucho teneros aquí estos días para sentirme un poquico más cerca de casa y de los que allí me esperan en octubre para mi paso fugaz.
Como tampoco es cuestión de enrollarme demasiado simplemente apuntar que, sabiendo de la gran afición de Bea por la naturaleza, etc. aproveché para pillar un par de billetes a buen precio para ir de Copenhague a 
La gracia del viaje estaba, pues en hacer un recorrido, como fuese, por algún fiordo, y para eso los noruegos son bastante espabiladetes; si vas para pocos días y quieres tener una pequeña introducción al apasionante mundo de la naturaleza noruega nada mejor que 
Nada más dar cuenta de tan suculentos manjares nos metimos en el primer tren que nos llevaría hasta 
Un ejemplo de lo que desde ahí puede verse es la catarata Kjosfossen, una impresionante caída de agua que electricidad a la zona. Es la más llamativa pero no la única, para mi sorpresa, y quizá para la de muchos, resulta que 
Llegados a Flåm nos tocó esperar un buen rato hasta coger el barquito de vuelta a Bergen, el pueblo es bien pequeño pero si tienes ganas de andar tienes varios itinerarios que te permiten conocer la zona en no demasiado tiempo... Por cierto... ¿He comentado que Noruega es también la tierra de los 
Una vez en el barco pues a sacar fotos como condenados, la pena es que el viento es terrible y eso dicho por uno que viene de Zaragoza no es poco... de todos modos algunas fotos sí que merecen la pena subirse.
El día siguiente lo consagramos por completo a visitar la ciudad de Bergen, a mi me gustó mucho, pero para gustos colores, la verdad. A destacar que estaba llena de fanáticos de Kiss, pues el grupo daba un concierto esa misma noche.
Con esto creo que os hacéis a la idea.
